viernes, 30 de noviembre de 2007

Mi bota de Navidad...!!!

Hace unas semanas fui invitado a cenar a la casa de una maravillosa amiga, la navidad tomó su residencia, es de admirar, se trata de una mujer de buenos gustos y de detalles; en un rincón, en la cornisa de su chimenea tres botas de navidad guindaban cada una con el nombre de ella y sus hijos. Fue inmediata mi reacción, esta vez el sismo de 7.3 en la escala de Richter tuvo su epicentro en mi, tomé una foto que aún está intacta en mi mente y puedo asegurar quedará grabada en mi memoria hasta que mi vida se vele, y es que imaginé el nombre de mi hija junto al de mi pareja y al mío bordados en tres, cuatro o cinco botas (dependiendo de la cantidad de “chamos”) colgadas en un lugar así de especial como ese rincón; la tormenta fue inevitable, fui obligado a reconocerlo y en un quebrado tono de voz que no me es característico dije: “quiero una familia”.

Creo en la familia y luego de mi divorcio creo más. La familia lo es todo. Quítenme lo que quieran pero no otra vez a mi familia (la que vinimos a formar), hoy se circunscribe a mi hija, como todos, también formo parte de una gran familia: la que componen mis padres y mis hermanos, principales voces que entonan nuestro cumpleaños durante largo tiempo. Con el papá que abre el baile con su quinceañera hija, ese mismo que la lleva de su brazo al altar y con la mamá que acompaña al hijo en su espera, con la presencia de los abuelos en el alumbramiento de sus nietos así ocurra hasta en lejanas latitudes. En esa gran familia se abre un lógico espacio a nuestra pareja, es la voz que se une al coro y vaya empatía la que debe haber porque cuando nos enamoramos y sellamos esa unión, a la vez lo hacemos con la otra familia, y ese tránsito ha de ser de doble vía.

Hace un tiempo, recuerdo que recibí y envié un email cadena en donde un representante de la iglesia católica, cuyo trabajo y aporte es incansable y altamente valioso, mencionaba que a la familia no había que cuidarla, que había que cuidar era a la pareja por aquello que uno jamás le pone a su familia el antetítulo “ex” ya que no salen de nuestras vidas, así entonces en el email se lee que nunca llamaremos a nuestros “ex” hermanos o mi “ex” papá tal como si se tratara de nuestra “ex” pareja. Con todo respeto, estoy muy de acuerdo con cuidar a nuestra pareja pero también a nuestra gran familia porque sin ellos nos quedamos verdaderamente solos.

Hoy por razones profesionales mi gran familia está un tanto dispersa salvo mi hija a quien llevo frecuentemente al colegio, un hermano ingeniero gerenciando un proyecto apartado al oriente de esta tierra, una hermana consultora atendiendo sus casos en el oriente y occidente del país y hasta fuera de nuestras fronteras, y mis padres viviendo en sus olvidadizos y confusos pero tranquilos días esperando siempre con alegría la llamada de alguno de nosotros. De mi hermano y de mi hermana agradezco haberme obsequiado el placer de compartir con una buena y también ocupada cuñada, magallanera pero que sé me quiere mucho y un cuñado que me respeta y me aprecia; y por supuesto, de esas uniones tres sobrinos que también quiero un montón.

Y aún cada quien en su mundo, converge un subconjunto de familias en una sola muy grande, con sus alegrías y sus tristezas como muchísimas familias, en el hogar de los padres o en el que toque llegar, o en el accidente de la autopista, o en la misa de la abuela, o en la preocupación por nuestro bienestar, o en la sala de una clínica, o en el estadio universitario, o sencillamente en un grato recuerdo. La familia siempre estará ahí en todo momento bueno o malo con nosotros y quedará de nuestra pareja incluirse y sentirla suya como nosotros en la de ellos.

En estos días podemos reconocer la presencia de problemas, sentir divisiones, tensiones y un clima que no rinda favores a la armonía, pero el tiempo no se detiene, de hecho mañana llega Diciembre del 2007, en donde se encendió una cruz y con ella mis deseos para que cada uno ponga su grano de arena en estas fechas y en familia alcanzar una navidad espléndida, con alegría; donde el hijo baile unas gaitas o un pasodoble con su madre y con su suegra, donde la hija abrace fuerte a su papá y abra un regalo especial, donde unos novios o una pareja renueven un amor, donde todos aportemos a un país, en donde un par de viejos ofrezcan al mundo un testimonio de 50 años, donde lo malo se deje a un lado para uno seguir su camino, donde espero para todos quienes me leen, aquí y allá, tengan amplitud de espíritu y den puerta franca a todas las buenas intenciones, donde le pido a Dios materialice en sus botas de navidad todos sus profundos deseos y las colme de sentidos valores y donde también abrigo la esperanza de que coloque en mi bota ese punto inicial, ese chispazo, esa bendición, para con mi hija formar nuevamente una familia…!!!

Amén!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

JUAN, COMO SIEMPRE BOQUIABIERTA CON TUS ARTÍCULOS. DEFINITIVAMENTE ERES UN SER MUY ESPECIAL Y NO ME CABE LA MENOR DUDA QUE DIOS TIENE PREPARADA PARA TI ESA FAMILIA QUE TANTO ANHELAS Y MERECES Y EN LA QUE TANTO TU COMO BÁRBARA TENDRÁN, CON TODA SEGURIDAD, UNA BOTA EN UN SITIO TAN ESPECIAL COMO ESA CHIMENEA...UN BESO GRANDE

Anónimo dijo...

Increible, te quedó muy lindo, nuevamente salieron lágrimas de mis ojos..
Imagínate, estuve a punto de hacer mis maletas, tomar un taxi a Maiquetía y comprarme un pasaje con destino a MI FAMILIA..
Gracias por este hermoso mensaje pues a veces olvidamos lo maravilloso que es vivir en familia refugiándonos en una soledad que ni sentido tiene.
Tener el contacto de piel, sentir el abrazo de mis hermanos, el beso de mi mamá o papá y el calorcito de mis sobrinos es lo que quiero, pero ya!!! ..Me acabas de dar una lección de vida, el empujón que me faltaba.
Espero que tu deseo se cumpla pronto, te lo mereces.

Anónimo dijo...

Juan Carlos, si bien es cierto no te conozco en persona sino a través de fotos, es mucho lo que se puede conocer de una persona a través de lo que escribe, de lo que plasma en palabras. Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores en cuanto a que eres un hombre especial y así como te escribí en un comentario anterior, te ratifico que ojalá en el mundo hubiera muchos mas Juan Carlos Marrero.
Pienso, al igual que tu, que la familia es el eje central de la vida de TODO ser humano, es el por y el para qué nos levantamos todos los días a echarle pichón a la vida esperando al final de la jornada llegar a casa y recibir ese calorcito que nos llena y alimenta y que nos hace sentir seguros, sea de nuestros padres y hermanos o de nuestra pareja e hijos en el caso del que tenga la suerte de tenerlos. Yo todavía no estoy dentro de este último grupo, pero espero, al igual que tu, tener la dicha de formar esa familia que tanto anhelo y le pido a Dios que si me la da no me la quite NUNCA ya que sueño con llegar a viejita con ese ser que espero encontrar pronto.
Mucha suerte en tu búsqueda y estoy segura que esa familia será muy afortunada al contar contigo como cabeza, ya que los llenarás de amor y todo ese calor que se nota que eres capaz de dar.

El Panal de la Abejita dijo...

HOLA JUAN CARLOS! LLEGUÉ A TU BLOG DE MODO INESPERADO...BUSCANDO UNA BOTAS DE NAVIDAD...TU ARTÍCULO ME CONMOVIÓ MUCHOOO Y DIOS QUIERA QUE A ESTAS ALTURAS, ES DECIR, A DOS AÑOS DE HABER PLASMADO TUS DESEOS, YA TENGAS FORMADA NUEVAMENTE A TU ANHELADA FAMILIA. LA FAMILIA LO ES TODO.
MIS SALUDOS!! MARISELA:)