sábado, 16 de enero de 2010

Feliz 2010: sonrían y hagan reír...!!!



“Si no llegaste a reír conmigo fue porque no me conociste”, así le dije a una gran amiga en ocasión a la posible escritura de mi epitafio, ella hacía referencia a mi risa y a la risa de cualquiera que comparte algún rato conmigo; hoy que escribo sobre esto pienso que es un objetivo de vida que nació conmigo, fue sembrado cuando aún no tenía conciencia de esto, no descanso hasta ver reír a quien tengo al lado, pero reír de verdad…!!!

No sé si la cosa apunta hacia la familia de mi padre o hacia la familia de mi madre, recuerdo con mucho cariño que siempre me gustó compartir con un primo hermano que me aventajaba en edad: Ramón Torres Marrero; personaje que hacía reír a quien estuviese a su lado con sus anécdotas, historias y ocurrencias, nada más oírlo llamar a mi papá como Perfecto-lete, a mi hermano como Francisco-ñazo y a su propio hijo como Yuri-nario, me hacía salir corriendo a buscar la “bombonita” que me aliviaba el asma originada por una incontrolable risa, definitivamente una persona muy especial de quien recibí sólo buenas influencias; confieso que en mi vida he visto llorar a mi padre sólo en dos oportunidades y una de ellas fue al saber la muerte de su sobrino quien en vida fue más bien un gran amigo de mi viejo.

Tampoco sé si la tradición viene por los lados de mi madre, tengo una tía (Loa), una gran mujer con quien disfrutamos mucho porque también nos hace reír con simpáticas conjugaciones verbales y juegos de palabras, creo que es hoy día uno de los tiempos favoritos de mi madre pues la hace reír hasta el llanto. Al revisar esas personas que ríen y nos hacen reír desde nuestra infancia, es inevitable recordar la risa que siempre me hará falta: la de mi abuelita Tacha, tanto a mi hermano y a mí nos encantaba hacerla reír, de hecho creo que de ella heredé esa gran sensibilidad a las cosquillas, al punto que recuerdo casi como si hubiese ocurrido ayer que mi peor pesadilla era la de ver llegar en mi profundo sueño a una figura sombría que se acercaba a mi cama para hacerme cosquillas, sencillamente porque todo ataque de risa culminaba en un ataque de asma… que risa…!

El problema de los “reilones” como yo, es que eventualmente no nos toman en serio, claro, cómo tomar en serio a un guaro que se la pasa de risa en risa, pero en fin, estoy convencido que eso es mejor que andar fingiendo un carácter que no nos pertenece; así pues con este post lo que procuro trascienda es que asumamos la vida apoyados en dos elementos propios del estado de felicidad que son la risa y la sonrisa, eso influirá directamente en nuestro sentido del humor. Al mencionar la sonrisa debo citar a Simón Díaz, él cuenta que no lo amamantaron cuando estaba chiquito porque su mamá, joven y bella, al levantarlo de la cuna, justo cuando se produce el maravilloso primer encuentro entre bebé y madre, se produce una sonrisa única y mágica que más nunca vuelve a repetirse, fue entonces cuando su mamá se dio cuenta que había nacido con dientes… esa referencia, que me dio mucha risa, me hizo pensar que la sonrisa debe ser promovida en las llamadas Maravillas del Mundo, es un gesto natural que enamora, que refleja vida, refleja estabilidad emocional y hasta abre puertas…









Cuando una persona promueve una sonrisa o hace reír a otra, esa persona comienza a agradar y el otro se empieza a sentir agradado, ahí se va formando un vínculo de confianza que de ser constantes se irá fortaleciendo. En algún momento en grupos de personas muchos de ustedes han escuchado: “en la próxima reunión no se olviden de invitar a fulanito”, “ese tipo si es pana”, es decir, la presencia del que hace reír nos genera hasta el entusiasmo de un próximo encuentro, la alegría, donde muchos pueden ver en esa persona una especie de escudo que nos aleja de los malos ratos, o lo que es lo mismo, nos garantiza el hacernos sentir bien. Quien se identifique como una persona así estará ejerciendo lo que se conoce como el Poder de la Risa, es así como hay personas que utilizan la risa y la sonrisa para generar simpatía, otros la utilizan para extender las ganas de vivir tal como lo promovió el conocido médico Patch Adams con su risoterapia, donde pacientes muy enfermos generaban el deseo de sentirse bien y curarse por algo tan sencillo como lo es la alegría y lo divertido que resulta estar vivo y vivir.

Estoy seguro que cada uno de nosotros conoce a alguna persona cercana que mal gasta su tiempo recordando a cada rato el mal momento vivido, personas que viven saboreando la hiel que les produce el egoísmo y el odio, o que no salen de una queja o una tristeza, sencillamente personas que no son felices; a ellas que han pasado por sinsabores, por momentos sombríos, por momentos desagradables, a esas personas hay que decirles que siempre hay una luz, que todo pasa, que es malo dar alojo a un mal sentimiento, que por el contrario existen buenas, gratas y trascendentales vivencias, y que de esas son las que deben aferrarse para disfrutar, para vivir con alegría, para recordar con cariño, para reír y sonreír, para compartirlos con buenos amigos o para disfrutarlos con nosotros mismos, dicen que el que ríe de sí mismo siempre tendrá diversión, y yo creo en eso, es mi otra Fe, y así es como me permito la oportunidad de hacer reír a quien tengo al lado, a quien me conoce, con el humor oportuno, con el chiste, con mi entusiasmo, con mi risa, con mi alegría, sin la necesidad de usar una nariz roja y redonda y calzar grandes zapatos … es ahí donde siempre espero estar, es ahí donde espero no fallar, y no precisamente para justificar el epitafio que ilustraba con mi amiga porque siento que aún me queda mucho camino para pulirlo, y que Dios diga amén…!

Hace tiempo leí una frase divertida, me hizo reír, pero luego me pareció genial: “Mi plan es vivir eternamente. Hasta ahora lo estoy cumpliendo perfectamente…!!!”