miércoles, 17 de octubre de 2007

Besando Sapos…


Primero debo agradecer todos sus comentarios, los leo cada uno porque aportan al principio que rige este blog, así tenga que ser anónimo bien sea por resistencia a procesos de registros fastidiosos o por principio de personalidad. Uno de estos comentarios se desprendió del tema anterior y se refería al proceso que como mujer para conseguir su príncipe azul tenía que seguir besando sapos.

Pues la misma autora Rosetta Forner, tiene un libro titulado La Reina que le dio Calabazas al Caballero de Oxidada Armadura, el cual es un intento en tenderle una mano a la mujer para que logre alcanzar “lo que sueña”, el príncipe azul que todas quieren tener al lado, por cierto la autora no lo llama príncipe, lo llama rey.

Es que en todas aquellas mujeres que sienten aún no ha llegado a sus vidas el príncipe azul hay una historia confesable de amor perdido, traicionado, hallado, soñado, sentido, ignorado y/o aprendido. Lo importante en cada experiencia es aprender y así crecer. Forner habla de dos tipos de mujeres: las reinas y las damiselas de floja diadema. En la corona, hay una máxima dice que para tener a un rey primero hay que ser reina porque ningún rey quiere a una damisela y viceversa, si quieren a una reina hay que ser rey, de lo contrario es mejor apartarse del camino.

Para encontrar al rey hay que tener paciencia y no andar besando sapos, la reina no debe quitarse la corona para parecer menos alta y así el caballero de armadura demasiado oxidada no se sienta incómodo en su estatura junto a ella.

He escuchado en muchas mujeres la expresión que dice “vive del equivocado hasta que llegue el indicado”, y esa frase a decir verdad no es digna de una mujer. Una reina siempre tiene por compañía su dignidad, esto le hace apostar por ella misma, la reina ama, pero también se ama a sí misma. Esa dignidad es la causante de que acepte el dolor de las rupturas, de los sueños rotos, y opte por dedicarse a la recuperación de sus heridas y a cuidar de su corazón en vez de lanzarse a los brazos de un caballero de armadura demasiado oxidada suplicando clemencia (léase: "no me dejes"), cito del libro:

"Para poder dar amor del bueno, para poder amar incondicionalmente, primero habrás tenido que independizarte emocionalmente, lo cual equivale a “amar a corazón abierto”, con toda la integridad y honestidad de tu alma, y la valentía y coraje suficientes como para largarte de la relación si la otra persona te traiciona, deja de amarte o no te ama con la calidad de amor que tu alma y nivel de conciencia requieren.

Amar a un rey no es cualquier cosa: no finge, no miente, no espera, no manipula, no engaña, no tergiversa, no te dice lo que quieres oír sino lo que siente o piensa, va a su aire pero cuenta contigo, te hace preguntas directas pues quiere saber si la relación tiene posibilidades.”

Hay caballeros guapos, de esos que gusta mirar, pero con un corazón tan vacío que da miedo asomarse a su vida. No tienen intención alguna de quedarse en la tuya, por la sencilla razón de que para eso han de comprometerse contigo, y eso significa tener que renunciar a todas las damiselas de diadema floja que pululan a su alrededor dispuestas a consolarles las noches de soledad y a aguantarle todas sus salidas de tono. Suele tratarse de hombres con pánico a amar, huidizos del compromiso del corazón, que no harán sino dejar el tuyo maltrecho si se te ocurre asirte a ellos, si te callas porque no quieres que se asuste o pienses que le presionas o vas demasiado deprisa o que estás desesperada o más comprometida que él en la relación, si en vez de pensar en ti piensas sólo en él lo más probable es que te lleves un chasco, acabarás por descubrir que "lleváis velocidades diferentes", un eufemismo que significa que mientras tú pensabas que ambos estabais construyendo una relación, él estaba pasando el tiempo y entreteniéndose contigo hasta que llegase otra que le gustase más con tal que no tuviese que comprometerse ni le diese la vara. No te quedes esperando que tu caballero se convierta en rey, lárgate y vive tu vida, si lo hace ya lo hará y si es tu rey ya se verá, cada uno elige su camino y su momento.”

Hay una reflexión que me llegó hace poco y que encaja perfectamente con este humilde aporte para que la mujer sea cada día una mejor mujer y el hombre mejor hombre:

“Para tener la pareja ideal primero debemos convertirnos en el ideal que buscamos, entender que somos especiales y que merecemos a alguien que nos respete y quieran tanto como se está dispuesto a entregar.”

Las mujeres por naturaleza son trascendentales, en consecuencia, fíjense bien su corona y que jamás se les caiga que llegó la hora de dejar de andar besando sapos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Besar sapos = besar hombres!!!!! es verdad y coincido contigo para saber lo que se quiere en una relaciòn es necesario que sepas lo que tu esperas de ella, sin embargo la culpa no es absoluta de las "damiselas de floja corona" porque es verdad muchas de muestras expectativas de vida estàn relacionadas a vivir en pareja y formar una familia, a pesar de estar en el siglo XXI siguen las mismas presiones sociales por casarte o el miedo intrinseco que da la soledad, o me vas a decir que nunca has sentido miedo? si es asi no has vivido porque la vida esta llena de momentos los cuales construyen los dìas y asi los años.... No te creas las mujeres de por si somos REINAS y asumo la repsonsabilidad de mis errores y aprender de ellos... Estarìan ustedes dispuestos a lo mismo? a dejar de jugar? a decidir por una? si es asì entonces empezaràn a extinguirse los sapos y habràn mas hombres de los cuales podamos mantener relaciones saludables....

Anónimo dijo...

JC: que bueno que mi frase sirvió de base a tu nueva publicación…

Estos temas sobre los hombres y las mujeres no son nada fáciles porque siempre están vinculados a experiencias vividas y a los sentimientos que las acompañan. No resulta sencillo ser objetivos cuando el hombre habla sobre las mujeres o viceversa; más aún cuando se han sufrido decepciones, cuando existe dolor y emocionalmente hablando no nos sentimos del todo sanos.

Pensando un poco más allá de lo que significa un príncipe (mejor dicho, un Rey), una Reina o una Damisela, insisto como de costumbre que todos somos humanos y cada uno es único, así como nadie es perfecto. A todas nos ha tocado ser en algún momento Reinas y/o Damiselas pues es la única manera de crecer. Igualmente, a mi me parece que no debemos categorizar ni a hombres ni a mujeres; ya que no somos nadie para estar juzgando sobre la forma de pensar o actuar, cada quien es libre y dependiendo de nuestros principios y valores pues aceptaremos o no lo que se nos pare en frente.

Yo no creo mucho en lo que afirman los terapeutas y psicólogos (pareciera fácil decirle al corazón no hagas aquello, haz lo otro), sin embargo, me gusta leerlos para tratar de entender un poco más sobre las relaciones interpersonales. Yo he aprendido que cualquiera sabrá si realmente apareció la persona indicada cuando ésta tome las experiencias de tu vida y las usa de manera constructiva para tu crecimiento; cuando quiere verte madurar, cuando confía en tí a pesar de que ni siquiera confías en ti mismo, cuando no te abandona y no te juzga.

Al mencionar la frase de los sapos no quise decir que se trata de buscar e ir probando hombres, pero sí de contar con la mínima experiencia que te permita saber que es lo que realmente quieres para no irte con el primero que se presenta en el camino; es como un proceso de selección en función a las posibilidades que se vayan dando y cada quien elegirá de acuerdo a los valores que la familia inculcó. Todos queremos dar con la persona correcta porque es a ella a la que le vamos a dedicar el resto de nuestras vidas.

Pienso también, que la vida no debe estar condicionada al tal príncipe azul o a una reina; en otras palabras, nuestro caminar no puede estar supeditado a un “hombre”, “mujer” o a una “relación de pareja”, sé que no resulta fácil; no nos podemos engañar, quién no quiere formar una pareja y tener familia?, quién quiere estar solito para el resto de sus días?, sin embargo, considero que hay otros elementos por los cuales luchar, hay metas personales y sueños no ligados a una relación afectiva que se deben lograr, hay que estar listos emocionalmente mientras esa persona llega…Todo es cuestión de la mayor de las virtudes del ser humano “LA PACIENCIA”

http://zhairmarrero.blogspot.com/ dijo...

Lo que pasa, es que al Rey no se le cae la corona en tu escrito, ni se despeluca, pareciera que se mantiene en su trono y las que caemos somos nosotras.

Y realmente ¿qué es lo que es una busqueda de pareja? alguien que comparta contigo no solo las noches, sino los días, y poder decir con orgullo que el sapo y la rana al besarse, se convirtieron en reyes de alguna comarca cercana, aunque a veces se les caiga la corona...

¿y cuando estaremos listos? creo que la vida es un descurrir y transcurrir diario de crecimiento a través de la cotidianidad, nunca estaremos listos hasta que no nos lancemos al agua. Es állí que casi ahogandonos descubrimos que sí podemos compartir ideales y metas en común, porque eso es la pareja y asi se contruyen relaciones saludables, esas que no pretenden cambiarte, de esas que se llevan en el Alma.

Cuando aun por personalidad esperamos lograr meritos y éxitos personales, aun no estamos listos para el compartir.

¿Y qué es la pareja ideal? es un concepto mental que nada tiene que ver con la realidad. El ideal es eso, un ideal, algo que tengo en la mente como un supuesto que nunca llega, para mi la ideal es la que aún a pesar de ti mism@ aun amanece en la almohada que se encuentra al lado de la tuya..., y luchan juntos por resolver el dia a día...

Es posible que no existan los reyes o reinas, y lo que existan sean sapos y ranas que esperan para besar tus ilusiones y hacerlas realidad.