martes, 31 de julio de 2007

Un verdadero súper héroe

Tengo que hacer mención a un maravilloso recuerdo, mi mente se traslada a una tarde de agosto de 1984, mágica tarde, yo sintonizaba “deportivas venevisión” (hoy día prefiero meridano) para ver, como otros tantos millones de venezolanos, la programación especial en virtud de la celebración de los juegos olímpicos en Los Ángeles. Ahí estaba nuestro súper héroe de carne y hueso, vestido con traje de baño y gorro de natación con una banderita de Venezuela batallando entre los grandes del mundo. Apuntando a la pileta, ahí estaba Rafael Vidal, esperando el disparo que lo lanzaría a la inmortalidad, un recorrido de 200 metros estilo mariposa, tal vez la prueba de natación más difícil por lo exigente, la narración de la competencia le correspondió a Gonzalo López Silvero quien gritó “Vidal tercero…!!!!”. El tritón de Venezuela con coraje llegó detrás del alemán Michael Gross y Jonathan Sieben. Cinco décimas lo separaron del ganador, fue de bronce su medalla aunque muchos la vimos de oro.

Ahí estaba consagrado el sueño de todo atleta de competencia: subir el podio olímpico. Desde aquella tarde todos los niños querían nadar como nadaba Vidal. Luego de la natación, estudió Administración de empresas como primera carrera y una maestría en Ingeniería Informática en la Universidad de Florida en Gainesville, uno de los mejores centros de enseñanza de USA. Se dedicó al asesoramiento de deportistas de alta potencia y de directivos de empresas de gran importancia. Su carisma y buen vivir lo llevaron a desarrollar habilidades sobre cómo superar conflictos de autoestima y gerencia en general.

Dentro del campo televisivo se desarrolló como uno de los locutores deportivo de más prestigio por sus conocimientos y vivencias dentro del campo de la natación. Rafael escribió un libro de autoayuda y antes de su trágica muerte se estaba dictando un grupo de conferencias en donde su participación se titulaba “Cómo vivir más y mejor”, ironías de la vida.

Pero esa medalla significa mucho, es un legado trascendental, con disciplina, con dedicación, con coraje, con empeño, con trabajo, con corazón… lo imposible es posible…!!!


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hablar de Rafael, es hablar de superación personal, crecimiento, experiencia, amigo incondicional, apoyo, sencillez, humildad, alegria, jocosidad, disposición, estar ahí.

Estudiamos juntos el Master en PNL en el IVPNL, y tuvimos la oportunidad de compartir ejercicios y trabajos que en esos cursos, nos unen para siempre.

Gracias por recordarlo Juan, cuando él murió y estuvimos allí en el cementerio, no hubo nadie al que pudieramos acercarnos para decirle "cuanto lo siento", "somos sus amigos", "él dejó una de sus huellas en nosotros", la defensa por quien estuvo más cerca, la prensa, la gente queriendo salir en la foto, etc, nos hizo sentir a ese grupito que fuimos a despedirlo, que éramos invisibles en ese mundo, y asi sentí que él mismo pudo sentirse.

Nos fuimos luego de allí a comer en la Tabernita Escondida del CCCT, y cuando llegamos estaba solo, no habia nadie, y los mesoneros se levantaron todos al mismo tiempo para atendernos, uno de ellos nos regaló un perfume, y nos dijo: "los aromas nunca se olvidan", luego cuando nos sentamos, la "casa" nos brindó una copita de vino antes de la comida, y fue cuando sentimos su presencia, "el aroma de Rafael, para nosotros, nunca será olvidado", y celebramos que lo conocimos, que tuvimos la oportunidad no de ver al presentador de loto fortuna, sino al hombre, al amigo, al que estuvo en nuestras dinámicas dentro del curso, con el que compartimos algunas de sus penas, de sus sentires.

Asi fue que sentimos en nuestros corazones que quizás él estaba allí con nosotros, que esa copita nos la brindaba él, pusimos una silla vacía, un puesto vacío y una copa de vino, asi, en la intimidad de un pequeño compartir, con aquellos que nos conocimos y compartimos, asi lo despedimos, con lágrimas y risas juntas, unas por la tristeza y otras porque estuvo allí, en esa silla vacía...

Lo curioso es que hasta que no terminamos de comer, el restaurante estuvo solo para nosotros...

Que bueno que hoy lo recuerdas, nunca más hemos hablado de ésto, sin embargo cuando voy camino a mi nueva casa en el Hatillo, y paso por allí, por donde fue el accidente, le recuerdo a mis hijos su presencia en mi corazón, sus huellas, por aquello de que nunca se olvide...

Rafael, dondequiera que estés, tu aroma se quedó en aquellos que compartimos contigo, ésta va por tu trascendencia...

Yuleika dijo...

Querido Rafael,

Si... recuerdo ese día en el Restaurant y aún conservo el perfume... tú estabas allí con nosotras, celebrando la vida y viviendo tu muerte.

Hermosa sonrisa,ojos claros, voz penetrante, alma sencilla...

Un Maestro en el arte de recorrer la vida sirviendo de ejemplo para quienes lo pudieran ver, con su vida profesional nos dejó la vivencia de que lo que se quiere conseguir, se puede conseguir con entusiasmo, esfuerzo y dedicación, además de la confianza en si mismo, que le caracterizaba.

Gracias Juan por recordarlo y permitir este espacio para el reencuentro de las almas...

Mi reconocimiento hacia ti Rafael, me quedo con el gozo de haber compartido bailes, chistes, nachos, entrevistas y muchos momentos mas.

A ti, a la vida y la muerte compañeras inseparables del ser humano...