domingo, 10 de febrero de 2008

La vida es un ratico...

No es fácil cuando se habla de despedidas, sobre todo las definitivas. Generalmente reaccionamos contra las leyes pues cuando gozamos de sentido común no necesitamos que nos impongan cuánto debe ser nuestra participación en los gastos públicos o cómo debe ser mi conducta, sin embargo, al final, es nuestro sentido común que nos dice que debemos aceptarlas y respetarlas. De esta misma manera nos comportamos o reaccionamos cuando se nos impone la Ley de la Vida, y ojo, aquí es Dios el que decide, es el máximo jerarca quien legisla y ordena, y ante Su ley igual debemos aceptar y respetar.

Nuestro paso por la vida como bien lo dijo Juanes, es un ratico, y en consecuencia creo que cada minuto que pasa debemos disfrutarlo y vivirlo intensamente pues no sabemos lo que va a suceder mañana, no sabemos quién se despide de nosotros y tampoco tenemos la certeza de saber si somos nosotros quienes nos despedimos involuntariamente, sólo Él lo sabe.

En mi vida he estado muy cerca de despedidas de personas muy importantes que han dejado una marca especial en mi, siendo la más significativa de ellas la despedida de un ser que no es parte de mi familia pero que indudablemente llegó muy de cerca pues el afecto referencial viene de una gran amistad y aunque pueda concluirse que su partida va en contra de aquella ley supra (antes mencionada) es parte de lo que nos corresponde vivir y experimentar, claro está, el sólo hecho de asegurar que esa partida va en contra de una Ley de Vida indica lo extremo difícil que es aceptarla. Aún hoy día continúa esa gran amistad, quien por cierto no desmaya en su pensamiento en el reencuentro especial, ese que seguramente ocurrirá cuando lo Dios lo invite a formar parte de esa nueva vida, la celestial. En aquel momento, en una sala de espera, no supe qué hacer a decir verdad, lo único que sabía era que debía estar ahí junto a mi amigo y su familia asumiendo un dolor ajeno tanto como propio.

También recuerdo con la misma impresión mágica el justo momento donde se entrecruzan los sentimientos, el querer que un ser tan querido como mi abuela tomara descanso de un doloroso cáncer de colon y el sufrimiento de mi mamá donde aferrada al lado de una cama clínica tuvo que responderle al permiso que le pidiera su propia madre (mi abuela) para irse con los “niños que habían venido a buscarla”, niños que sólo mi abuelita alcanzaba a ver y casi a tocar…

Finalmente ya hoy hace una semana en donde luego de un fuerte ACV, una de las hermanas más unidas a mi padre recibe también el llamado de Dios no sin antes abrir sus ojos en su agonía para ver la cara de su hermano, ese mismo que nombraba en un promedio de 5 veces al día, era mi tía Senobia la de las tortas, la de la linda sonrisa de los Marrero, la alegre, la especial, la consentida… Agradecidos estamos por lo tanto que nos dió, su "ratico" por esta vida también duró 93 años, tantos como mi abuela...

Y como siempre, siempre ahí, la familia, la gran familia despidiendo a quien nos deja un vacío y muchos recuerdos, a quienes les pedimos nos echen un ojito desde allá arriba, que velen por nosotros pues están mucho más cerca de Dios. Y pasa el tiempo, uno y otro día los llamamos en el recuerdo bonito, son esos momentos trascendentales en que el corazón de un papá palpita fuerte cuando ve un juguete, en el de una hija de 73 años que también deja escuchar sus latidos cuando amasa una arepa y se la come con suero, y el de unos hermanos que se abrazan por otra que les dio las tortas más ricas.

Y ahí nosotros, aún sin saber qué hacer, aún sin saber qué debemos decir, creo que lo más acertado es seguir estando ahí, junto a nuestra familia y nuestros amigos, ofreciendo lo mejor de nosotros, acompañando en una oración, aceptando la voluntad del gran Legislador del universo y disfrutando con todos, cada vez que sea posible, nuestro ratico…

(en memoria de mi tía… la de la linda sonrisa…)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada fácil el tema de las despedidas, bajo cualquier circunstancia, siempre duele decirle adiós a lo que amamos, pero como bien dices forma parte de lo que nos toca vivir y hay que aceptar y seguir viviendo…

Me ocurrió algo muy parecido con mi abuela, ella estaba muy enfermita y yo en medio de un gran dolor le dije a Dios “Diosito si no me la vas a curar llévatela ella no merece sufrir así” pasaron solo 20 días más y mi vieja dejo de estar físicamente entre nosotros, y se alborotan los sentimientos pues aún cuando estaba convencida de que era lo mejor no me resignaba a su partida.

Yo solía decir que no entendía como se nos enseñaba a amar y luego se nos arrebataba la presencia de ese ser, hoy se que el amor no desaparece con la perdida física ni la distancia, que el amor siempre va ha estar ahí y que Dios no se lleva a los seres que amamos por capricho, solo era el momento perfecto para recibirlo a su lado, quizás este ratito es muy corto y nunca vamos a entender porque fue así, igual mágicamente llega a nosotros la fuerza, una razón que indica debes seguir adelante.

Hoy estoy agradecida por haber tenido la oportunidad de disfrutar con ella, un rato de 30 años.

Vinimos aquí prestados, a transitar a compartir con familiares, amores y amigos, sin duda alguna, la mejor decisión es disfrutar cada momento y dar lo mejor de nosotros a cada uno de ellos.

Hay muchas maneras de estar y de apoyar, particularmente estaré siempre, incluso en silencio.

En fin este señor, tiene una manera muy especial de hablarnos y de enseñarnos a amar y a valorar el amor.

Anónimo dijo...

YO, TRISTEMENTE, HE PASADO POR LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO MUY CERCANO. TAN QUERIDO, TAN CERCANO QUE ES - PORQUE LO SERÁ ETERNAMENTE - MI PAPÁ. CIERTAMENTE HAY QUE PASAR POR ESO PARA SABER LO QUE SE SIENTE, LA GENTE DICE QUE SE LO IMAGINA PERO QUIEN NO HA PASADO POR ESO NO TIENE NI IDEA DE LO QUE ES SENTIR, CON CATORCE AÑOS, QUE TE DUELE EL CORAZÓN, QUE EL QUE QUIERE MORIR ES UNO PORQUE EL ALMA NO SOPORTA TANTO DOLOR. OBVIAMENTE DEPENDE DE LA RELACIÓN QUE SE TENGA CON ESE SER QUE ¨SE VA¨, PERO CUANDO ESA PERSONA ES UN PAPÁ DE ESOS QUE NO EXISTE, QUE ESTÁN EN LOS CUENTOS DE HADAS, DE ESOS DE MENTIRA, QUE VIVEN Y RESPIRAN PARA Y POR SU FAMILIA NOOOO HAY PALABRAS DE CONSUELO, MÁS AÚN CUANDO ES JOVEN, SANO Y TIENE UNA ESPOSA Y 3 HIJOS PREADOLESCENTES. EN FIN, NO SE SI ES COMO DICE EL DICHO ¨EL TIEMPO LO CURA TODO¨, MAS BIEN CREO QUE ASUMES QUE TIENES QUE SEGUIR Y NO DECAER, SOBRETODO PARA APOYAR A TU MAMÁ EN UN MOMENTO ASÍ, DONDE PIERDE EL CENTRO DE SU VIDA Y NO CUENTA CON NADIE POR NO TENER SIQUIERA UN FAMILIAR LEJANO EN VENEZUELA.

EL CASO, JUAN CARLOS, ES QUE QUIEN ME CONOCE SABE QUE ESE DÍA UNA PARTE DE MI SE FUÉ CON MI AITÁ Y NUNCA VOLVERÁ. ÉL FUÉ EL SER QUE YO MAS AMÉ EN MI VIDA HASTA QUE TUVE A MI HIJO MAYOR, BERNARDO Y SE LLAMA ASÍ EN HONOR A MI PAPÁ, NO PODÍA SER DE OTRA MANERA.

EL CONSUELO QUE ME QUEDA ES QUE QUIZÁS PUEDA ENTENDER QUE DIOS LO NECESITARA A SU LADO PORQUE ERA UN ANGEL Y SE LO TENÍA QUE LLEVAR, NO ERA DE ESTE MUNDO Y NO ME CABE LA MENOR DUDA QUE ÉL, BERNARDO MI PAPÁ, ES EL ANGEL GUARDIÁN DE MI MAMÁ, MIS HERMANOS Y DE MUUUCHOS MAS.

PARA CONCLUIR Y POR PROPIA EXPERIENCIA SE LO DIGO A TODO EL QUE PUEDO, ESTOY DE ACUERDO CONTIGO EN CUANTO HAY QUE DISFRUTAR A NUESTROS SERES QUERIDOS MIENTRAS ESTÉN VIVOS PORQUE EL DÍA QUE YA NO ¨ESTÉN¨ DE NADA VALDRÁN PALABRAS BONITAS Y ARREPENTIMIENTOS SOBRE LO QUE DEBIMOS HABER DICHO O HECHO.

Anónimo dijo...

Así es JC, la vida es un momentico, pasa volando sin darnos cuenta...

Lamentablemente las personas no son eternas y por eso deberíamos vivir al máximo cada segundo mientras existan. El problemita es que no siempre se puede. Sabes? La vida está llena de cambios y a veces te toca tomar decisiones muy duras que involucran una separación, una despedida, un adiós; dejándote un vacío muy grande en el pecho porque uno nunca sabe qué puede pasar…no tienes la certeza de un próximo encuentro. Hoy estás, pero mañana quién sabe….

No he vivido en carne propia el profundo e inmenso dolor de la muerte de un familiar, pero tengo mucho miedo que llegue ese momento. Yo soy hija de padres que una vez tomaron la fuerte decisión de emigrar a este país, dejando a sus familiares al otro lado del océano. Recuerdo hace ya bastante tiempo a mi mamá llorando sin consuelo alguno la partida de mi abuelo a consecuencia de un cáncer que le vino así, sin más ni más, sin avisar, como de la noche a la mañana…sólo tuvo una opción, tomar un avión y estar en su entierro….Hoy en día, siento que la historia se puede repetir y entiendo más que nunca a mi mamá cuando me dice que no quiere que yo pase por lo mismo que pasó ella…..

Quizás sea consuelo de tontos, sólo me queda pensar que el dolor en todos sus aspectos, bajo cualquier circunstancia forman parte de la vida de cada uno de nosotros, la muerte es un destino que nadie puede evitar, constituye un proceso lamentable pero normal del ciclo de vida de cualquier ser. Creo que Dios nos ha hecho lo suficientemente fuertes como para saber llevar cualquier tipo de despedida. La vida es así, un ir y venir, un tropiezo tras otro, un toma y quita…nada fácil y no sé que pasará, ni como reaccionaré el día que Dios decida llevarse un pedacito de mi corazón, pero de lo que si estoy segura es que los que se van estarán bien allá arriba y los que quedamos aquí, en esta tierra siempre tendremos un motivo para seguir, alguien que nos necesite y continuaremos nuestro andar…

http://zhairmarrero.blogspot.com/ dijo...

Realmente hay que sentirlo, no se puede vivir por experiencia de otros. El dolor es extraño, te apreta el corazón y las lágrimas fluyen solas... crees que no vas a salir de ahi...

Las imágenes llegan también con cada lágrima que derramamos, recuerdos,fotos, historias, risas, llantos, tortas ricas como las de mi Tia Cenovia...

Vi a mi papá muy triste, y eso me dolió más, pues él se queda, como me dijo, por un tiempo más, pero ahora extraña sus visitas a la casa de su hermana, que casi a diario iba y venía mientras esperaba a mi mamá para conversar un ratico y comerse su pedacito de torta.

Ella siempre la vi alegre, contaba siempre historias de ellos chiquitos. Jamás le vi una cara brava, ni mal humor, no más llegar a su casa, un cafecito y un pedazo de torta...

Este año se nos lleva ya a varios... asi comenzó con mi madrina Tancha...

Y la vida sigue y no sabes cómo hacer para que el recuerdo no se te olvide...

Juan Carlos Marrero Serrano dijo...

Hoy valoro muy especialmente estos comentarios, es el cofre personal que se abre y se comparte, ese donde se guardan los tesoros más valiosos.

Es mi pena la de mi padre quien como un niño ya viejo no sabe qué hacer, es su tristeza algo importante entre todo, pues aún en su desgastada memoria nos hace saber que le queda el sabor de aquellas tortas.

Zhair, según documentos de registros que tuve la oportunidad de revisar aquel domingo presté atención en que su nombre (el segundo) se escribía con "S", pero tranquila... yo también lo solía escribir con "C" y sus hijos, nietos y bisnietos con "Z", como se escriba es y seguirá siendo mientras sigamos recordándola como la hermana más identificada con mi papá.