lunes, 21 de mayo de 2007

Construyendo puentes usando el sentido común

Cuántas veces nos hemos encontrado en situaciones donde no se llega a ningún lado, donde nos desgastamos a ratos en discusiones estériles que se pasean hasta varias veces por el mismo punto y no alcanzamos entendimiento alguno sino que obtenemos más distancias y diferencias, y peor se trata cuando esto sucede con quien menos se merece alcanzar un disgusto, y me refiero obviamente a hermanos, parejas, amistades, compañeros de equipo de trabajo o de juego, padres y hasta ex parejas por qué no.

Al sólo pensar en esto vienen a mi memoria varios correos que refieren a ir cerrando círculos, quemando etapas y superando momentos, entiendo que la práctica no es fácil, tanto por experiencia propia como por la ajena. Soy de los que piensa que si bien podemos aprender mucho de nuestras vivencias pues también podemos construir mucho con las del vecino, y esto no sólo aplica en nuestro ámbito personal o familiar, también engloba a un país, a una gerencia, a una empresa, a un gobierno…

Ha rodado mucha letra al respecto, y tal vez poco se hace énfasis a un punto de partida o un mensaje clave; a mi juicio para lograr el entendimiento, una verdadera madurez, y en favor de nuestras mejores relaciones debemos comenzar por poner en práctica e internalizar el “colocarse en los zapatos del otro”, o lo que es lo mismo, ubicarnos en la posición de quien tenemos a un lado, en frente, en fin, sea cual sea la circunstancia, entender al otro; es la aplicación de lo que muchos especialistas denominan “inteligencia emocional”.

Y quiero explicarme bien, no se trata de alterar nuestra opinión, nuestros puntos de vista, no necesariamente significa la renuncia a nuestros principios, pero sí muy seguramente podremos mejorarle el enfoque de manera tal que incluya, que entienda y que hasta pueda anticipar, el punto de vista que estamos o que nos está cuestionando, ahí estaremos expresándonos mejor y consiguiendo, sin imposiciones, que el otro comprenda y maneje también la situación, sin lugar a duda todo esto va a redundar en nuestra propia satisfacción y dichosamente nos sentiremos felices con nosotros mismos, obtendremos lo que se conoce como una “victoria interna”.

Nada logramos, nada conseguimos enfocándonos muy orgullosamente con un solo punto de vista, el efecto que se va a lograr es diametralmente opuesto porque entonces nace un enfrentamiento, una discusión, de esas acalorantes que concluyen en una molestia, una incomodidad, un roce y hasta una ruptura; donde se pierde mucho y donde poco se gana Sé que muchos dirán: …pregúntamelo a mí…!!! y debo decir que el error no sólo ha estado del otro lado, éste es generalmente compartido.

Y ojo, no se trata de dejar de sentir orgullo por lo que pensamos, se trata de entender primero al otro (para eso hay que “escuchar”, que es muy distinto a “oír”) así lleguemos a sentir que sus palabras o acciones nos agreden, nos insulten, nos irrespeten y pretendan restarnos valor. Al entender primero al otro prepararemos mejor nuestra opinión, nuestra respuesta y la base de nuestro comportamiento, dominaremos el escenario, manejaremos mejor la situación. Así, el orgullo propio estará bien alimentado e inclusive el éxito ganado podrá incluir un reconocimiento y respeto que nos distinga como personas de buen o amplio juicio.

Esto es en dos palabras sentido común, es pensar en diversas posiciones y consensuar, no es doblegar, no es ponernos rígidos, es usar nuestra inteligencia a favor de todos, es tomar altura sin llegar a la arrogancia de quien se las sabe todas, sin olvidarnos de esa virtud maravillosa de ser humildes… ¿si me explico?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

SI TE EXPLICAS JUAN, PERFECTAMENTE, Y TAL COMO TU DICES: ¨SIIIII, PREGÚNTAMELO A MI¨
PARA VARIAR, ME ENCANTÓ TU REFLEXIÓN Y NO HACE FALTA DECIR POR QUÉ, CIERTO? UN BESO

Anónimo dijo...

Guao jc..que increible que cada texto con el que escribes me encuentro completamente identificada..que identificada? retratada!!
Que cierto es que muchas discusiones por pequeñas cosas se convierten en mares inmensos de distancia !!!
Es taaan importante comprender que el orgullo no nos lleva a ninguna parte..y separar la dignidad del orgullo : la dignidad no se ve pisoteada por el hecho de que dejes el orgullo a un lado..al contrario esa posición tan franca enaltece la dignidad personal...
Es tan importante la humildad..el dar paso al otro..a lo que el otro siente...y además da tan buenos resultados..
Todos sabemos que toda acción tiene una reacción, entonces una buena acción necesariamente es respondida con otra buena acción..y generalmente el orgullo no nos guía a buenas acciones...
No queremos aceptarlo porque es duro, pero considerando que por supuesto existen excepciones, tenemos que concientizar que muchas acciones que recibimos, y que quisiéramos que fueran diferentes, van en consonancia casi perfecta con nuestra actitud ante esa persona..
Tristemente generalmente esto ocurre, por la cotidianidad, con las personas que más queremos y nos quieren...Deberíamos pensar más a menudo cómo sería nuestra actitud si supiéramos que esa persona al día siguiente ya no estará entre nosotros...seríamos todos mucho mejor personas y recibiríamos todos mucho bien de los demás en respuesta a nuestra buena actitud...
Que bueno saber que existimos personas con la conciencia de lo que tu has escrito, ojalá nosotros mismos lo praticáramos más y ojalá mucha gente lo concientice para lograr un mundo en el que todos podamos vivir con nuestras semejanzas y nuestras diferencias...
Saludos,
Chelo.