Escuchar hoy un bolero es
escucharte, un bolero comienza y termina contigo, porque es inevitable hoy día dejar
de tener en mi ipod al argentino Leo Marini de la Sonora Matancera y su “dulce aventura”,
la canción que todos ya sabemos dedicaste a mi MAMÁ aun sabiendo que te
criticarían por su contenido, tampoco puede faltar el “inolvidable” santurzano Tito
Rodríguez y muchos más boleristas, tú y ellos me ayudaron desde pequeño a intentar
eso de ser un romántico, sí, así crecí PAPÁ, contigo, con tu música y tu
sonrisa, esa que hoy tanta falta me hace abrazarla, fuiste tú quien le puso
esa melodía a mi vida.
Ya tengo una lista de
reproducción en mi ipod con los mejores boleros PAPÁ, y aunque estés lejos de
donde estoy para seleccionarlas conmigo, quiero que sepas que me ayudaste
porque siempre estuviste presente en cada una de ellas.
Dice la Wikipedia que el bolero
nació en Cuba, ja! con el debido respeto con mis hermanos cubanos eso es un error, el bolero nació contigo PAPÁ, te recuerdo
cantándolos y escuchándolos sentado en un mueble, “contigo aprendí” más de una
de ellas, todas mis preferidas, “aprendí un mundo nuevo de ilusiones… a ser
dichoso, yo contigo lo aprendí”, me gustaba ponerlos porque sé que te gustaban
tanto como me gustaba escuchar “tu voz”, esa que “se adentró en mi ser y la tengo
presa, tu voz que es tañer de campanas
al morir la tarde”, desde pequeño “tú me acostumbraste a todas esas cosas y tú
me enseñaste que son maravillosas”, mira como trascendiste en mí, buen trabajo PAPÁ gracias!!!.
Allá en Maracay también
escuchamos boleros: “vereda tropical”, otras de género lírico y “déjame” de Juana María de la Concepción Méndez Guzmán
mejor conocida como Conny Méndez cantadas por Alfredo Sadel a quien
también conociste, historia que cómo me gustaría estar a tu lado hoy para
escucharla con la misma admiración una y otra vez y las tantas veces te dé por
repetir cómo fue que llegaron a ese encuentro, aunque mi admiración por ti me
viene desde antes de nacer, sí ya lo sabes, por ahí por el año 57 cuando te
casaste con mi mamá y sus posteriores luchas.
Pero hablando de esos encuentros,
recuerdo uno muy especialmente, fue contigo, sí PAPÁ, tenerte de vecino de
oficina en el edificio de la Fundación del Niño, tú en aquella dependencia
inmobiliaria del extinto Banco de los Trabajadores de Venezuela y yo iniciándome en labores profesionales como auditor de aquella
fundación, qué honor sentir que de alguna manera mis pasos estaban cerca de los
tuyos, no importando vernos en el ascensor con mis compañeros de trabajo y mis
supervisores para que luego te despidieras de mí con un “chao papi, nos vemos
en casa”, tú siempre haciéndome quererte mucho más despidiéndote como el amigo
que me dio la vida. No sabes qué gusto tener tu sabor al heredar tu tipo de
sangre, la misma que inconfundiblemente trascendió hasta mi hija quien
tiene hoy ese “sabor a mí”, mira qué tan Perfecto ese milagro, sólo cosas de Dios,
sin embargo hoy tu plena sabiduría te hará entender que a ella no le simpatiza mucho ese
maravilloso género musical llamado bolero.
Muchos consejos nunca los dijiste, pero soy la mitad
de ti PAPÁ y me vinieron en consecuencia
en el set up del ADN, otros llegaron con tu ejemplo y por eso escribo en
mayúscula tu rol, siempre intachable, siempre Perfecto, entonces no es de extrañar
que los gustos también vengan de ti y decir con toda razón y propiedad que escuchar
un bolero es escucharte, un bolero comienza y termina contigo. Feliz día del Padre!!!