
De las experiencias vividas puedo asegurar que no existen relaciones de pareja perfectas, es lógico y obvio, como siempre he dicho: “nadie es perfecto, sólo mi papá”. En principio tenemos que hacer un gran esfuerzo interno en una suerte de educación propia, la mejor automedicación para las quejas afectivas es pensar que cuando en la relación algo anda mal es porque algo que debe aprenderse en ese momento, ahí estaremos en la escalera de la evolución.
No soy un experto en psicoanálisis, tampoco soy un letrado de las relaciones humanas, pero como dice Neruda “confieso que he vivido” (yo le agrego: "y leído) por lo que a mi manera voy a intentar identificarles tres pasos que pueden ser básicos para establecer una sana relación de pareja donde espero que sirva para evidenciar lo equivocado que estamos cuando decimos que hemos tenido “mala suerte” en nuestras relaciones de pareja:
Primer paso: definir amor.
Creo que lo mejor para empezar a tratar el tema es el glosario de términos (que nadie lee) para ubicarnos en el mismo concepto y empiezo por definir el que creo que es la palabra más importante acá: “amor”; es sinónimo de felicidad por lo que podemos inferir que si se está enamorado o se está en el amor entonces se está feliz, amor propio, es estar bien con nosotros mismos, es nuestro autoestima, el impulso propio para progresar con entusiasmo, es vivir en paz con nosotros mismos. Amor es un término POSITIVO.
Segundo paso: disociar el amor de otros sentimientos.
Si el amor es algo positivo y es felicidad, entonces cada vez que alguien diga “que está sufriendo por amor” estará cometiendo la contradicción más grande de su historia o lo dirá desde la ignorancia, pero dicho esto si alguien no está recibiendo el amor que quiere, la solución no está en el otro, la solución está dentro de si mismo y es sólo esa misma persona quien debe buscar su propia solución.
El amor no es sacrificio, eso JAMÁS. El sacrificio es un término negativo, es distinto decir que Jesús sacrificó su vida por amor a decir que Jesús entregó su vida por amor, acordémonos del primer paso, es un sentimiento POSITIVO.
Concluimos entonces este segundo paso diciendo que si alguien siente que está sufriendo por amor, realmente está enfocándose en esa parte donde hay ausencia de amor.
Tercer paso: identifica a tu pareja.
Hay algo indudable, somos el reflejo de quien nos crió, así entonces tiene sentido escuchar que somos de nuestros padres la continuación, no sólo por la carga genética sino también por la educación a lo largo de nuestra infancia y adolescencia y como razón lógica si nos ubicamos como padres, entonces serán nuestros hijos el mejor reflejo de nuestra imagen como personas.
Ahora bien, en las relaciones de pareja sucede de manera similar, descubrirlo es fascinante, es ver cómo nos moldeamos el uno al otro, cómo nos acomodamos y hacemos, en oportunidades hasta inconscientemente, un ajuste de nuestra forma de ser para agradar e identificarnos con nuestra pareja.
Así vemos y vivimos relaciones donde una parte que tal vez no se consideró cariñosa en una anterior relación pueda mágicamente transformarse en una persona dulce con su pareja, y eso definitivamente nos hace sentir bien, es un logro, un exitazo para celebrar. El problemita está si identificamos si nuestra pareja tiene algo que no nos gusta porque ahí tendremos que empezar a evaluarnos, y primero nosotros mismos.
Siempre le echamos la culpa al otro, siempre he dicho que eso es lo más fácil, tanto como irresponsable, siempre queremos que sea el otro el que cambie vemos en nuestra pareja más defectos que los propios y eso como que nos alivia la carga. Otra vez nos ubicamos en la parte que no cubre el amor, el amor es perdón no culpa, si amar es una virtud cómo se puede entender que ve defectos. Otra cosa es que nos cansemos de perdonar, como evidencié recientemente en un programa español donde la mujer se cansó de perdonar a su novio aún expresando que lo quería, y otra cosa es que no nos enfoquemos en las virtudes que tiene nuestra pareja sino en sus defectos, alerta con esto !!! porque cuando lo hagamos, tenemos que estar conscientes que la otra persona muy seguramente también lo está haciendo.
En pareja somos un espejo del otro, pero ojo, no es que el otro es infiel porque yo lo soy, NO!, voy a intentar dibujar un ejemplo antes de cerrar el tema y para dejarlo más claro:
“Una niña evidenció que su padre era infiel o creció, al menos, con ese convencimiento, se casó y vivió con un esposo que trabajó en una oficina a la que le dedicaba tiempo extra con mucha frecuencia, esto trajo inconvenientes y decidió a salir todos los viernes con sus amigos hasta que se enamoró de uno de ellos y lo mejor era que se sentía muy bien al punto que cayo en sus brazos”; así pues si bien ella no se reveló con su padre, lo hizo con su esposo tal como fue su aprendizaje, repitió el esquema de su papá y tomó venganza de él, sintió que el esposo lo merecía, se lo había buscado.
Lo indebido o desajustado del otro es su manifestación espontánea, el reflejo aprendido de nuestros padres en la infancia y adolescencia, es lo que emocionalmente inconsciente cree correcto aplicar en un momento determinado, es el convencimiento de hacer lo inadecuado como si pensara que es merecido, obviamente fijando la atención en lo malo que tiene la otra persona.
Dicho lo anterior caemos en cuenta que la solución está en nosotros mismos y en ese poder que es el reconocimiento interno de lo que adolecemos: para tener pareja y ser feliz hay que trabajar con uno mismo, el esfuerzo y el empeño en crecer (asuntos positivos) debe ser sólo nuestro, es nuestra responsabilidad y no la de otro...
No soy un experto en psicoanálisis, tampoco soy un letrado de las relaciones humanas, pero como dice Neruda “confieso que he vivido” (yo le agrego: "y leído) por lo que a mi manera voy a intentar identificarles tres pasos que pueden ser básicos para establecer una sana relación de pareja donde espero que sirva para evidenciar lo equivocado que estamos cuando decimos que hemos tenido “mala suerte” en nuestras relaciones de pareja:
Primer paso: definir amor.
Creo que lo mejor para empezar a tratar el tema es el glosario de términos (que nadie lee) para ubicarnos en el mismo concepto y empiezo por definir el que creo que es la palabra más importante acá: “amor”; es sinónimo de felicidad por lo que podemos inferir que si se está enamorado o se está en el amor entonces se está feliz, amor propio, es estar bien con nosotros mismos, es nuestro autoestima, el impulso propio para progresar con entusiasmo, es vivir en paz con nosotros mismos. Amor es un término POSITIVO.
Segundo paso: disociar el amor de otros sentimientos.
Si el amor es algo positivo y es felicidad, entonces cada vez que alguien diga “que está sufriendo por amor” estará cometiendo la contradicción más grande de su historia o lo dirá desde la ignorancia, pero dicho esto si alguien no está recibiendo el amor que quiere, la solución no está en el otro, la solución está dentro de si mismo y es sólo esa misma persona quien debe buscar su propia solución.
El amor no es sacrificio, eso JAMÁS. El sacrificio es un término negativo, es distinto decir que Jesús sacrificó su vida por amor a decir que Jesús entregó su vida por amor, acordémonos del primer paso, es un sentimiento POSITIVO.
Concluimos entonces este segundo paso diciendo que si alguien siente que está sufriendo por amor, realmente está enfocándose en esa parte donde hay ausencia de amor.
Tercer paso: identifica a tu pareja.
Hay algo indudable, somos el reflejo de quien nos crió, así entonces tiene sentido escuchar que somos de nuestros padres la continuación, no sólo por la carga genética sino también por la educación a lo largo de nuestra infancia y adolescencia y como razón lógica si nos ubicamos como padres, entonces serán nuestros hijos el mejor reflejo de nuestra imagen como personas.
Ahora bien, en las relaciones de pareja sucede de manera similar, descubrirlo es fascinante, es ver cómo nos moldeamos el uno al otro, cómo nos acomodamos y hacemos, en oportunidades hasta inconscientemente, un ajuste de nuestra forma de ser para agradar e identificarnos con nuestra pareja.

Siempre le echamos la culpa al otro, siempre he dicho que eso es lo más fácil, tanto como irresponsable, siempre queremos que sea el otro el que cambie vemos en nuestra pareja más defectos que los propios y eso como que nos alivia la carga. Otra vez nos ubicamos en la parte que no cubre el amor, el amor es perdón no culpa, si amar es una virtud cómo se puede entender que ve defectos. Otra cosa es que nos cansemos de perdonar, como evidencié recientemente en un programa español donde la mujer se cansó de perdonar a su novio aún expresando que lo quería, y otra cosa es que no nos enfoquemos en las virtudes que tiene nuestra pareja sino en sus defectos, alerta con esto !!! porque cuando lo hagamos, tenemos que estar conscientes que la otra persona muy seguramente también lo está haciendo.
En pareja somos un espejo del otro, pero ojo, no es que el otro es infiel porque yo lo soy, NO!, voy a intentar dibujar un ejemplo antes de cerrar el tema y para dejarlo más claro:
“Una niña evidenció que su padre era infiel o creció, al menos, con ese convencimiento, se casó y vivió con un esposo que trabajó en una oficina a la que le dedicaba tiempo extra con mucha frecuencia, esto trajo inconvenientes y decidió a salir todos los viernes con sus amigos hasta que se enamoró de uno de ellos y lo mejor era que se sentía muy bien al punto que cayo en sus brazos”; así pues si bien ella no se reveló con su padre, lo hizo con su esposo tal como fue su aprendizaje, repitió el esquema de su papá y tomó venganza de él, sintió que el esposo lo merecía, se lo había buscado.
Lo indebido o desajustado del otro es su manifestación espontánea, el reflejo aprendido de nuestros padres en la infancia y adolescencia, es lo que emocionalmente inconsciente cree correcto aplicar en un momento determinado, es el convencimiento de hacer lo inadecuado como si pensara que es merecido, obviamente fijando la atención en lo malo que tiene la otra persona.
Dicho lo anterior caemos en cuenta que la solución está en nosotros mismos y en ese poder que es el reconocimiento interno de lo que adolecemos: para tener pareja y ser feliz hay que trabajar con uno mismo, el esfuerzo y el empeño en crecer (asuntos positivos) debe ser sólo nuestro, es nuestra responsabilidad y no la de otro...